Videncia natural espiritista
¿Cuál es la frontera entre Parapsicología y el Espiritismo?
La Parapsicología se detiene en el estudio de los fenómenos paranormales sobre la personalidad humana. Ella se interesa por la investigación de los sucesos y sus posibilidades de repetición, mientras que el Espiritismo, a través de la mediumnidad, realiza sus investigaciones sobre el individuo actual, de su pretérito, de su futuro, profundizando las sondas de la investigación en la vida espiritual y en las leyes morales que rigen la vida. La Parapsicología es una ciencia de investigación. El Espiritismo es ciencia, filosofía y religión.
¿Puede alguien superdotado escoger el Espíritu con el cual va entrar en comunicación?
Los médiums espíritas no evocan a los Espíritus. Sin embargo, cuando mentalizamos determinada Entidad querida o familiar, producimos una sintonía e, incluso si el Espíritu no puede venir a nosotros, nos responde a distancia…
Pregunta una telespectadora: “Yo soy una persona sin movimiento. Tengo la vida presa a una silla de ruedas; me gustaría llevar esa vida hacia las comunicaciones con los Espíritus. No tengo mediumnidad,
¿Cómo desarrollar la videncia?
La propia silla de ruedas le dará la oportunidad de hacer lo que llamaríamos de sumergirse hacia dentro de sí misma. Usted podrá utilizarse de la expiación redentora y perfeccionar sus facultades psíquicas mediante profundas reflexiones y estudios sobre el dolor. Podrá desprenderse, relativa y parcialmente, y en estado de trance moverse, porque sólo es paralítico el cuerpo, no el Espíritu. Podrá desarrollar la mediumnidad, educarla a través de ejercicios mentales, de una buena planificación moral y, principalmente, por medio de la vivencia de los postulados del Cristo, estudiando el Espiritismo.
Una persona dice que colocó el dedo encima del vaso y lo hizo andar. ¿Es verdadero?
Si. El hecho procede.
¿Cómo se puede saber cuándo es un truco la “sesión del vaso”?
A través del estudio de las respuestas dadas, que a veces no pasan de trivialidades, de banalidades. Cuando, sin embargo, nos dan respuestas de profundidad, nos afirman cosas desconocidas del círculo y que pueden ser constatadas, se tiene la prueba de la interferencia de una inteligencia no encarnada, allí presente, produciendo el fenómeno.
¿Y esos Espíritus que “bajan” en la “sesión del vaso” son Espíritus desarrollados, en desarrollo o con pocas luces?
Espíritus buenos pueden utilizarse de esa instrumentalidad para llamar la atención. Normalmente son los Espíritus juguetones y frívolos, irresponsables, que se interesan más por los problemas de pequeña monta, como ocurre, normalmente, en las “sesiones del vaso”, atestiguando, sin embargo, la supervivencia del ser a la muerte física. Ya que el sensitivo, que puede mover el vaso, también podrá incorporar al Espíritu con una finalidad mucho más relevante, mediante un proceso rápido y de mejores resultados.
¿Existen defensas contra Espíritus juguetones, los que nos quieren perjudicar?
Existen muchas defensas expresadas en las cualidades morales del individuo. Vivimos en un mundo de vibraciones mentales y sintonizamos, de acuerdo con nuestro comportamiento moral, con aquellos que nos son afines, en este como en el otro lado de la vida. Entonces, si tenemos una conducta irreprensible, digna, los Espíritus Superiores conviven con nosotros. Si nuestra conducta es poco recomendable, Espíritus semejantes participan de nuestras aspiraciones y nos inducen a problemas graves. Así, para nuestra defensa, conforme enseña el Evangelio, la mejor seguridad es orar y vigilar, para no caer en tentación…
¿Será que el espíritu burlón que se nos asemeja, y que es llamado por nosotros, también está sujeto a esa condición?
Para nosotros, el concepto moral es lo que está expresado en el Decálogo y en la moral evangélica. No examinamos el problema desde el punto de vista social porque existe, indudablemente, la llamada moral geográfica. Pero, cuando decimos “concepto moral” nos referimos a las leyes morales – no matar, no robar, no adulterar… Son los códigos que son parte de nuestra ética individual y ante los cuales nuestra conciencia tiene su propio libre albedrío de acción. Aunque las normas jurídicas conviertan en legales algunos actos inmorales, tales no pasan a ser morales. El adulterio es una inmoralidad, incluso que un día sea legalizado. Si el individuo desea adulterar debe liberarse de la relación conyugal, separarse legalmente de la persona a quien se vinculó y tener la vida que le guste. Cuando decimos que el individuo tiene la defensa en su moral, significa que él se debe apoyar en aquellos fundamentos establecidos por Cristo, los cuales, en Occidente, constituyen una base ética y en cierto modo son parte de la legislación de casi todos los pueblos civilizados del mundo.
El adulterio, como entiendo, es cohabitar con alguien y aventurarse simultáneamente con otro. ¿Cierto? Si.
¿No se pueden tener dos personas al mismo tiempo?
No nos parece legal ni moral ese comportamiento.