Las posesiones
En este post vamos a tratar sobre las posesiones. Sobre las mismas hay muchos rumores y especulaciones. En el cine la cultura popular se han tornado bastante comunes. La famosa película del Exorcista (1973) hace gala de una posesión a una pequeña niña llamada Regan McNeil. De hecho, muchas veces se duda si ciertas enfermedades mentales son en realidad manifestaciones de espíritus que dominan el cuerpo de una persona. Por ello, aclaramos este tema en este texto y también respondemos inquietudes.
¿Qué son las posesiones? ¿En qué consisten las posesiones?
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Mucho se habla acerca de las posesiones. No queda en qué consisten. Lo cierto, es que desde hace siglos se considera que las personas pueden ser poseídas por “espíritus malignos”, los cuales las hacen actuar contra su voluntad. En general, se ha adoptado el léxico del cristianismo para hablar de las mismas, siendo considerados como “demonios” los espíritus que dominan el cuerpo de ciertas gentes. Vale decirse que se considera que solo los espíritus malignos hacen este tipo de acciones.
Para entender lo que son las posesiones hay que partir de la premisa del “dualismo” en los seres humanos. El dualismo es una doctrina que asume que las personas se dividen en dos entidades: el cuerpo y el alma (esta última es la parte espiritual). Partiendo de esta idea, se plantea que dentro del “cuerpo” el alma puede ser desplazada para ser ocupada por otra entidad espiritual. Este es el proceso de la posesión demoníaca, la cual solo se puede corregir con una serie de procedimientos que han sido considerados como “exorcismos”.
Otro aspecto a considerar acerca de las posesiones es que se acepta la también doctrina del “espiritismo”. La misma asume que pueden existir auténticos “espíritus” desprovistos de cuerpo físico, pero que pueden tener ideas, inteligencia, voluntad, intenciones y sentimientos. Además, se cree que estos espíritus son capaces de interactuar con las personas. Pueden enamorarse de alguien o querer usar sus cuerpos con alguna intención. Por ese motivo, hacen lo posible por posesionarse de alguien y domeñar su voluntad.
Los anteriores preceptos (el dualismo y el espiritismo) son imprescindibles para abordar el tema de las posesiones. Se trata de un asunto que ha preocupado a las personas desde hace tiempo, pues se considera que cuando alguien se comporta de forma extraña o cambia de forma de ser es que ha sido víctima de una o de varias posesiones.
¿Cuáles son los síntomas de una posesión?
Vamos ahora a mostrar los síntomas más frecuentes de las posesiones. Los mismos los colocamos en este listado para que la gente los conozca:
―Mal sabor en la boca
―Sentir que los ojos son empujados hacia adentro
―Resequedad en labios, boca, garganta
―Piel aceitosa sin ninguna explicación
―Erupciones o irritación en la piel
―Continuo estado de ansiedad, rabia o inquietud
―Pinchazos, dolores de cabeza, migrañas
―Pérdida de apetito y repulsión a la comida
―Incapacidad de tener hijos, abortos frecuentes
―Hacer sonidos de animales
―Momentos de llanto o de gritos sin razón
―Deseos de herir o lastimar a personas que ama, matar a las mascotas
―Desaparece el deseo sexual
―Le empieza a gustar personas de su mismo sexo
―Insomnio, sonambulismo
―Se escuchan voces, se siente que alguien duerme a su lado
―Imposibilidad de cantar o de rezar
Estos son apenas algunos los rasgos de las posesiones. Hay muchos otros que solo los expertos saben reconocer y pueden ayudar a subsanar.
Acerca de los diversos tipos de posesiones
Un dato interesante es que ningún espíritu puede posesionarse de alguien si esta persona no lo deja entrar. Es decir, la posesión ocurre debido a que el “poseso” ha dejado que el demonio entre en su cuerpo. Por eso, muchas veces los espíritus malignos son engañosos y tratan de seducir, para que sean aceptados. Si esto no sucede, la posesión jamás podrá ocurrir.
Lo cierto es que existen diversos tipos de posesiones. Acerca de las mismas, presentamos un listado a continuación con una breve descripción a continuación:
―POSESIÓN LEVE: es producida por un fantasma común o demonio de nivel inferior. La persona poseída se da cuenta que algo anda mal. De repente padece ataques de risa, o de mucha furia. Además, hace lo posible por curarse a sí misma. Los síntomas desaparecen en una iglesia o al hacer ayunos, o quizás al rezar. Son las posesiones en las cuales el espíritu controla un 25% de la persona. La intención del espíritu maligno es solamente dañar o atormentar al poseído.
―POSESIÓN MODERADA: suelen ocurrir por duendes femeninos (hadal), un un jākhin o un fantasma de poder medio. En este caso, la persona está poseída en un 50%. Parecen casos de doble personalidad. Además, la gente en este estado empieza a hablar en idiomas que no conocer, o por ejemplo se trepa en las paredes o techos. Son posesiones donde el demonio busca usar al poseído para dañar a su familia o entorno inmediato. Necesitan de exorcismo para ser sanadas, no sirven remedios espirituales.
―POSESIÓN SEVERA: suelen ser llevadas por brujos poderosos o demonios de alta categoría. En este caso la persona supera el 75% de posesión. Muchas veces, la persona original desaparece y en su lugar se crea una nueva entidad. Se dice que en estos casos el alma original ha muerto y que no hay ninguna solución. La única solución es hacer un sacrificio de la persona poseída. Además, en estas posesiones los demonios buscan causar daño a grandes sociedades. Por eso, son comunes en líderes mundiales o presidentes. Se dice que Hitler padecía este tipo de trastorno.
Los diversos tipos de posesiones se ordenan de acuerdo a su grado de intensidad. En cada caso, se aplican remedios mágicos o espirituales diferentes. Lo cierto es que hay maneras de evitarlas y de atenderlas cuando se presentan.
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